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El círculo virtuoso de las grandes donaciones no etiquetadas



Una de las principales metas de toda organización sin fines de lucro es tener grandes donaciones no etiquetadas y con ellas abonar al cumplimiento de la misión de la organización de forma sostenible; pero en el mundo real, ¿qué tan factible es que esto suceda y qué impactos tiene?


En las dinámicas de la filantropía actual sabemos que el mayor voto de confianza de los donantes a nuestras organizaciones es otorgar grandes donaciones no etiquetadas o sin restricciones, por un periodo de tiempo considerable. Un paso que llega generalmente tras un trabajo estratégico de cultivo que provoca diversos efectos positivos en torno a la procuración de la organización.


Las organizaciones son el vehículo que une el interés de los donantes por aportar a los cambios positivos de una comunidad, reducen las desigualdades y generan bienestar social; mientras que para los donantes son la solución precisa que les ayuda a cumplir sus objetivos personales beneficiando a la comunidad.


Para que nosotros, como institución, cumplamos nuestros objetivos es necesario consolidar una procuración de fondos efectiva, con donaciones que contribuyan a cumplir nuestra misión, a la vez que junto con el benefactor trascendemos en el tiempo y en el propósito social que nos une.


Precisamente, la base de toda relación se cimienta desde la confianza: en que como aliados tomaremos decisiones correctas para asegurar el impacto social; darles la certeza que los hacemos partícipes y damos las herramientas necesarias a las comunidades para tener soluciones sostenibles a sus retos; del buen uso de los recursos mediante la transparencia de su manejo; y de establecer un vínculo fuerte con los donantes para crecer esa capacidad de aprendizaje mutua.


En LANZA insistimos, no se trata solo de transacciones monetarias. Una manera de desarrollar esta confianza es poner especial atención a las relaciones: conocerse y construir juntos una base sólida. En este sentido, parte de nuestra estrategia debe estar centrada en consolidar relaciones entre nuestros donantes para que el nivel de compromiso en ambos sentidos se incremente.


Un análisis de Kathleen Fleming, socia The Bridgespan Group, nos da mayor claridad al desmenuzar el estudio del Centro para la Filantropía Efectiva (CEP) sobre el caso de MacKenzie Scott, quienes encontraron efectos profundamente positivos sobre las grandes donaciones sin restricciones, al mismo tiempo que generaron un gran potencial en torno a la confianza.


Para ejemplificar, Fleming toma también el caso de Grupo Ballmer y sus donaciones sin restricciones a 21 organizaciones que trabajan para promover la movilidad económica en Estados Unidos. A cinco años de este ejercicio, se documentó que los fondos generaron espacio para que los líderes ejercieran un liderazgo positivo, levantaban la moral dentro de la organización, permitían la concesión de nuevas donaciones u otras formas de colaboración e incentivando un "voto de confianza" en las conversaciones con otros donantes.


Los resultados van más allá. Las organizaciones que fueron donatarias de Grupo Ballmer en ese periodo no solo apostaron al crecimiento de sus programas o la innovación de sus modelos de intervención, sino también al fortalecimiento institucional: el 90 % utilizó los fondos para reforzar las capacidades básicas del equipo, como la medición y el aprendizaje, los sistemas informáticos y la capacitación en recaudación de fondos; mientras que más del 70 % declaró haber invertido en resiliencia organizativa. Esto se tradujo en el incremento de sus ingresos por donativos, garantizando un mayor impacto.


Encontramos en esta dinámica un círculo virtuoso: por una parte las organizaciones civiles trabajan a partir de una base sólida y con integridad; mientras que los inversionistas sociales están dispuestos a otorgar financiamiento sin restricciones y distintas opciones de donativos de largo plazo. Esto al final representa un mayor beneficio para las comunidades o poblaciones que están atendiendo las organizaciones sin fines de lucro, ya que gracias a la confianza que los donantes brindan a la organización, ésta podrá tomar decisiones para actuar de manera ágil en beneficio de la comunidad.


Fuentes:

Crédito de la Imagen: Pexels


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