Por Vivian Calles.
Una parte importante en las organizaciones de la sociedad civil es que su trabajo actual construya el futuro que visualizan, pero ¿te has puesto a pensar si van en el camino correcto?
La misión y visión son conceptos bien ubicados en cualquier empresa, fundación y organización de la sociedad civil. Por un lado, la misión describe lo que estamos haciendo actualmente en la institución, mientras que la visión marca la ruta hacia dónde debemos ir para cumplir ese sueño.
¿Has reflexionado sobre lo que reflejan estos conceptos en tu organización? ¿Crees que pudieran responder estas preguntas? Si bien los conceptos no son estáticos y pueden ajustarse conforme vaya madurando la institución, lo deseable es que sean una guía para quienes trabajan con nosotros y nos acompañan en el camino.
Warren Bennis y Burt Nanus (1985) describen la visión como una dirección en la que el líder debe desarrollar previamente una imagen mental del estado futuro deseable para la empresa u organización. Incluso la plantean tan vaga como un sueño o tan precisa como una meta.
En LANZA consideramos que sin visión, las instituciones perecen, por lo que debe de ser nuestra principal guía en el camino que estamos recorriendo.
Desde nuestra perspectiva, el ideal es que la visión sea articulada en conjunto por el Consejo, los directivos y equipo de trabajo. A la vez que la comuniquemos de forma consistente y clara a todas las personas que son parte de nuestros órganos de gobierno y voluntarios estratégicos, para asegurarnos de su cumplimiento.
La visión es el camino de las organizaciones, y debe influenciar todas las actividades de la institución. De aquí que las organizaciones exitosas son aquellas que se encuentran continuamente pensando en cómo cumplir con sus objetivos estratégicos al mismo tiempo que responden a las necesidades evolutivas de las comunidades a las que sirven.
Es por ello que un plan estratégico a largo plazo, por lo menos 5 años, será la hoja de ruta que nos guié al cumplimiento de la misión de nuestra organización, proporcionará a los donantes el rumbo que tendrá para el futuro, expresaría las prioridades y la acción que mantendrá la organización en los siguientes tres, cinco y diez años, según sea el caso. Esto nos dará los argumentos más sólidos para afianzar la procuración de fondos que eventualmente propicie la sostenibilidad de nuestra organización.
Esto sin duda brindará mayor confianza a los actuales y futuros donantes. ¿Te hace sentido? Hoy te invitamos a reflexionar sobre la visión de tu organización.
En nuestra entrada del siguiente mes, abordaremos la importancia de contar con una reputación sólida y cómo esto contribuye a generar confianza con nuestras audiencias; entre ellos los inversionistas sociales y voluntarios estratégicos de nuestra institución.
留言